jueves, 25 de octubre de 2012

YA BROTA, YA ...

Hace aproximadamente un mes rescaté del jardín de mis padres un ficus natascha plantado en maceta que había sido salvajemente atacado por una plaga de araña roja y que parecía no tener remedio. Tras una dosis generosa de insecticida específico para esta plaga el árbol parecía no reaccionar por lo que me arriesgué y le hice una poda salvaje, le recorté generosamente las raíces y lo transplanté a una maceta más pequeña. Ya sé que no es la época, pero dado el estado lamentable en que se encontraba, el clima eternamente primaveral de Gran Canaria, la fortaleza de los ficus y el afán por experimentar, hicieron que me decidiera.  
El árbol en cuestión procedía de un vivero y estaba en una maceta de apenas 15 cmts de diámetro y tenía varios plantones.Posteriormente se transplantó a una maceta mayor, por lo que en un año alcanzó casi 80 cmts de altura y engordó considerablemente. 

El caso es que tras cortar las raíces y podar salvajemente los troncos hasta dejarlos literalmente pelados, le cambio la maceta y le pongo un substrato que es una mezcla de picón (lapilli de origen volcáncico), akadama y turba rubia. Agua abundante, dos semanitas a la sombra y por fin observo con alegría que  esta semana han empezado a brotar con fuerza todos los troncos.


También he rescatado algunos esquejes que pude salvar y que estuvieron una semanita en agua... 


Afortunadamente tras pasar un mes parecen haber enraizado...


 No tengo fotos del momento previo a la poda (error que debo corregir en el futuro), pero se observa claramente que al engordar los diferentes troncos se han unido formando un nebari más grueso resultando  un árbol interesante que en mi modesta opinión no creo que se llegue a convertir en un árbol de exposición pero me servirá para aprender y mejorar que es de lo que se trata. 



 De momento, fortalecer raíces, crecer, engordar y completar el brote, pero ya tengo pensado un futuro diseño para este ficus, aunque por supuesto espero ansioso las opiniones de los expertos. 



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martes, 23 de octubre de 2012

ÁRBOLES PARA BONSAI



Hola amigos. Ya en el primer post, en la Bienvenida, apunté que no era un experto, al contrario,  tan sólo soy un aficionado al mundo del bonsai. Pero poco a poco navegando por Internet y siguiendo los blogs de  los auténticos maestros, voy aprendiendo las nociones básicas para el cultivo del bonsai.

Al principio,  cuando buscamos un bonsai, buscamos un ábolito que nos gusta cómo es, cuando realmente lo que  deberíamos buscar en un árbol es cómo puede llegar a ser, esto es la posibilidades de dicho árbol. Esto es lo que hace que nos pasemos horas visitando viveros y al final nos vengamos con las manos vacías, porque no hemos encontrado un árbol que nos “diga algo”, ó también, que en la visita a un mercadillo nos hagamos con un árbol abandonado en una esquina, generalmente a un precio irrisorio, en el que creemos haber encontrado un tesoro.

Si me permiten la licencia, cuando llega este momento es cuando creo que podemos decir que hemos dado el salto, que ya no somos compradores de bonsáis de grandes superficies que compran un ficus por unos pocos euros y los ponen  en el salón de sus casas hasta que evidentemente, mueren. Cuando desechamos árboles terminados y buscamos árboles por hacer es cuando nos convertimos en auténticos cultivadores de bonsáis.

Dicho esto, como norma general, cuando nos hagamos con un prebonsai, nos fijaremos especialmente en su raiz, en su tronco, en la disposición de las ramas, en la forma y tamaño de las hojas y por último en la forma, aunque esto último no es especialmente  importante, pues mediante diferentes técnicas (poda y alambrado, principalmente) lo podemos moldear a nuestro gusto.

Para crear un buen nebari, buscaremos que parte de las raíces estén expuestas y a ser posible bifurcadas, que salgan  hacia todos las direcciones. Lo ideal es tres, cuatro o cinco raíces. Un buen bonsai debe presentar conicidad en su tronco, esto es, el tronco debe tener forma de cono, ancho en la base y estrecho en el ápice. Las ramas deben ser descendentes. En algunas especies al llegar a cierta edad, las ramas se disponen en forma descendente pero en aquellas en que esto no ocurra, recurriremos al alambrado. Por aquello de guardar las proporciones entre el tamaño del árbol, las hojas y la forma y tamaño de la  maceta, elegiremos para bonsai preferiblemente aquellas especies que presenten hojas de pequeño tamaño(olivos, acebuches…), filiformes (cipreses…) y aciculadas (pinos…).

Ha llegado la hora de darle forma a nuestro bonsai. Existen diferentes técnicas para dar  forma y  diferentes estilos para moldear nuestro  bonsai, adaptándose a cada una de ellas unas especies mejor que otras. La silueta ideal de un bonsai tiene forma de triángulo. Si juntamos el ápice del bonsai con la rama secundaria y esta con la principal debemos tener un triángulo escaleno, esto es, con los tres lados desiguales.

Los principales estilos son:  Chokkan: Es el clásico estilo vertical formal de tronco recto, con la usual silueta triangular. Moyogui: Estilo vertical informal donde se reconoce la silueta triangular pero el tronco es sinuoso. Shakan: Estilo de tronco inclinado no más allá de 45°, reconocible la silueta triangular.Kengai: Cascada, el ápice del tronco se encuentra claramente bajo el borde de la maceta. Es equivalente a un estilo vertical puesto cabeza abajo.Han Kengai: Semicascada, el ápice del árbol se encuentra debajo del límite superior del vaso pero por encima del fondo del mismo. Fukinagashi: "Barrido por el viento". En este estilo se simula los árboles que han crecido en la cima de una montaña dominada por vientos fuertes que soplan siempre en la misma dirección. Toda la masa del árbol se encuentra inclinada hacia a un costado. Neagari: Raíces expuestas, usando cualquiera de los estilos de tronco descritos pero donde las raíces del árbol se encuentran visibles, usualmente sobre una roca. Bunjin: Busca simular la caligrafía oriental, es de origen chino y se caracteriza por tener un tronco muy esbelto y una copa casi nula (solamente en el ápice del mismo). 


Si nos fijamos bien todos los estilos tienen dos aspectos que son fijos. El primero la forma triangular y el segundo, la observación de la naturaleza.

Ahora solo queda acertar con la elección de la maceta. Una buena maceta puede mejorar un árbol medio y una mala elección en la maceta puede arruinar un árbol maravilloso. Pero de esto hablaremos en otro post...

domingo, 7 de octubre de 2012

APRENDIENDO...

Ayer tuve la suerte de compartir unas horas con el gran maestro Juan José Montes, del Centro de Bonsai el Valle, en Teror. Necesitaba el consejo de un experto y tengo que decir que la experiencia mereció la pena. Este prestigioso centro es el punto de encuentro del mundo del bonsai en Gran Canaria, gracias a la sabiduría y experiencia de su director. Especialmente preocupado por su formación, son frecuentes sus viajes a Japón para ampliar conocimientos y así transmitirlos a sus afortunados alumnos.

Además de vender magníficos  ejemplares de bonsai garantizados, se pueden comprar herramientas chinas y japonesas ,alambres, akadamas, macetas, abonos, fungicidas..., pero lo que hace especial este centro es su clínica para bonsáis donde se recuperan milagrosamente ejemplares en su invernadero y su escuela. En ella se imparten cursos, se hacen talleres y se permite la consulta personalizada y la práctica asistida por horas, que es la opción que mejor se adapta al poco tiempo libre del que dispongo.

A lo que vamos. Estaba bloqueado con la forma de mi bonsai cobaya, el ficus retusa del que ya he hablado y con una preciosa acacia de tres puntas, de la que me sentía especialmente orgulloso.

Tras observar detenidamente el ficus, Juan José y yo coincidimos en que la mejor opción era eliminar la debilitada rama superior mediante acodo aéreo, y así disminuir el tamaño del árbol, para mejorar su conicidad.


Primero alambrar las ramas que quedaban por debajo del punto marcado para el acodo aéreo y elegir un nuevo ápice.


Con la ayuda de Paco (prácticamente lo hizo todo él), nos pusimos manos a la obra con el acodo. Marcamos con un lápiz la franja por donde vamos a hacer el rebaje en la corteza y empezamos a desbastar el tronco con ayuda de un formón.


 Eliminamos completamente la corteza…


Y con la ayuda de un bisturí, pasamos al trabajo de precisión.


Añadimos hormona de enraizamiento en el punto donde queremos que empiecen a brotar las raíces, rodeamos con una maceta y la  rellenamos con una mezcla 50/50 de akadama/picón y turba rubia que le garantiza la humedad. Ahora sólo falta colocarlo a la sombra, regarlo frecuentemente y esperar unos meses…


Ahora le toca el turno a mi acacia de tres puntas, árbol originario de América del Norte, especialmente indicado para bonsáis por su dureza,su rápido crecimiento y su brotar constante. Mi arbolito, procedente de un esqueje de aproximadamente 15 cms de altura, llevaba alrededor de seís meses en maceta de entrenamiento y había alcanzado ya un tamaño considerable, y aunque no había engordado y las puntas se habían disparado, le veía posibilidades de convertirse en un buen bonsai.

Tras observarlo el maestro, llegó el shock. Una vez descubierto el nebari y estudiado el movimiento del árbol, el maestro decidió cortar por lo sano.
En justicia tengo que reconocer que mi gran amigo Jacinto, auténtico precursor de Ishi Kasai y  ahora fuera del país para ampliar conocimientos, me aconsejó la misma operación.

Tras unos instantes de duda, no sin cierto dolor,  me decidí y el maestro cortó…

Una vez alambrado, así quedó mi acacia de tres puntas. Aunque el drástico tratamiento hace daño a la vista, seguro que habrá merecido la pena. Tengo fe ciega en que así será…


Paco, alumno aventajado, trabajando  concienzudamente en un magnífico ejemplar de cedro atlántico de más de 25 años, propiedad de Juan José Montes…


También coincidí con otro bonsaísta, Gervasio, afortunado poseedor de un magnífico ejemplar de Juniperus, de estilo Kengai (en cascada).Tras observarlo detenidamente, el maestro le da las indicaciones pertinentes…


Después de escuchar  atentamente al maestro, Gervasio  se puso manos a la obra. Una sesión de peluquería y a alambrar…


Antes de marcharme, un paseo por las instalaciones y a ponernos los dientes largos. Para muestra un botón…


lunes, 1 de octubre de 2012

BIENVENIDA

Bienvenidos a Ishi kasai, traducción japonesa de piedra de fuego. En Canarias, donde vivo, el paisaje predominante es el volcánico y ese paisaje es el que pretendo trasladar a mis bonsais. 

La afición por el bonsai me llegó, como a casi todos. Un día, en una gran superficie ví un arbolito que me pareció precioso. Recuerdo que era un piracantha. El vendedor, gran profesional, me dijo que era de interior, que lo mantuviese siempre húmedo y que procurase que no le faltase agua a la bandeja. Con estos sabios consejos, el final no podía ser otro. Apenas un mes después, se murió. Hace unos cinco años, regalé a mi hermano un precioso ficus retusa que según la etiqueta de la maceta tenía siete años. Mi hermano lo puso en su cuarto, con una bandejita debajo y lo regaba regularmente. Los resultados fueron idénticos a los de mi piracantha, pero esta vez mi madre tuvo la precaución de sacarlo al jardín y poco a poco se fue recuperando. La recuperación fue relativa porque estuvo cinco años sin más cuidado que el regado regular. En una visita a la casa de mis padres lo rescaté y me hice cargo de él. Esta vez las cosas iban a ser diferentes.


Descubrí entonces que mi pobre ficus necesitaba más cuidados que el riego periódico. Lo cambié de maceta, le cambié el sustrato (ahora ya sé hacer mis mezclas, en las que sobre todo uso lapilli de origen volcánico que en Canarias llamamos picón), le recorté las raíces y le hice una poda drástica de las ramas que parecían muertas. En apenas un mes, el árbol cambió completamente. Este ficus retusa, auténtico bonsai cobaya, me ha servido para aprender a podar, defoliar, pinzar, alambrar, abonar...

Una buena amiga, Pilar, me habló del Centro de Bonsais el Valle en Teror, en la isla de Gran Canaria y quedé maravillado con la obra del maestro canario Juan José Montes. Mi mujer me regaló un libro sobre bonsais y en compañía de mi amigo Jacinto empecé a buscar información en los diferentes blogs y enlaces sobre bonsai que hay en internet y confieso que mientras más leía, más me enganchaba. La búsqueda de información me llevó a seguir al prestigioso maestro tinerfeño Martín C. Rodríguez, cuyo blog alisiosbonsai se ha convertido en mi lectura de referencia diaria.

 Lo que viene después todos lo conocemos: visitas compulsivas a viveros, jardines, grandes superficies..., para comprar macetas, substratos, herramientas, plantas, que ocupan la casi totalidad del poco tiempo libre que tengo. Seguro que a uds también les ha pasado ó les pasará a poco que se inicien en el maravilloso mundo del bonsai. Pretendo que este blog sea un punto de reunión para los aficionados al mundo del bonsai. La publicación de artículos, lecciones y consejos de auténticos expertos serán constantes y haremos un especial seguimiento a los muchos y prestigiosos blogs que se publican en España.

Aclarar que sólo soy un recién llegado al mundo del bonsai, autodidacta, y que aplico con más frecuencia de la debida el método del ensayo-error, con resultados previsibles, al menos al principio. Iré publicando fotos de mis arbolitos (me parece pretencioso llamarlos bonsais o incluso prebonsais si los comparo con las obras de arte que hay por ahí), tratando de explicar mis trabajos con ellos, mis aciertos y mis errores, a la vez que los ordeno. Espero estar a la altura.

Bienvenidos a Ishi Kasai.