Hola amigos. Ya en el primer post, en la Bienvenida, apunté que no era un experto, al contrario, tan sólo soy un aficionado al mundo del bonsai. Pero poco a poco navegando por Internet y siguiendo los blogs de los auténticos maestros, voy aprendiendo las nociones básicas para el cultivo del bonsai.
Al principio, cuando buscamos un bonsai, buscamos un ábolito que nos gusta cómo es, cuando realmente lo que deberíamos buscar en un árbol es cómo puede llegar a ser, esto es la posibilidades de dicho árbol. Esto es lo que hace que nos pasemos horas visitando viveros y al final nos vengamos con las manos vacías, porque no hemos encontrado un árbol que nos “diga algo”, ó también, que en la visita a un mercadillo nos hagamos con un árbol abandonado en una esquina, generalmente a un precio irrisorio, en el que creemos haber encontrado un tesoro.
Si me permiten la licencia, cuando llega este momento es cuando creo que podemos decir que hemos dado el salto, que ya no somos compradores de bonsáis de grandes superficies que compran un ficus por unos pocos euros y los ponen en el salón de sus casas hasta que evidentemente, mueren. Cuando desechamos árboles terminados y buscamos árboles por hacer es cuando nos convertimos en auténticos cultivadores de bonsáis.
Dicho esto, como norma general, cuando nos hagamos con un prebonsai, nos fijaremos especialmente en su raiz, en su tronco, en la disposición de las ramas, en la forma y tamaño de las hojas y por último en la forma, aunque esto último no es especialmente importante, pues mediante diferentes técnicas (poda y alambrado, principalmente) lo podemos moldear a nuestro gusto.
Para crear un buen nebari, buscaremos que parte de las raíces estén expuestas y a ser posible bifurcadas, que salgan hacia todos las direcciones. Lo ideal es tres, cuatro o cinco raíces. Un buen bonsai debe presentar conicidad en su tronco, esto es, el tronco debe tener forma de cono, ancho en la base y estrecho en el ápice. Las ramas deben ser descendentes. En algunas especies al llegar a cierta edad, las ramas se disponen en forma descendente pero en aquellas en que esto no ocurra, recurriremos al alambrado. Por aquello de guardar las proporciones entre el tamaño del árbol, las hojas y la forma y tamaño de la maceta, elegiremos para bonsai preferiblemente aquellas especies que presenten hojas de pequeño tamaño(olivos, acebuches…), filiformes (cipreses…) y aciculadas (pinos…).
Ha llegado la hora de darle forma a nuestro bonsai. Existen diferentes técnicas para dar forma y diferentes estilos para moldear nuestro bonsai, adaptándose a cada una de ellas unas especies mejor que otras. La silueta ideal de un bonsai tiene forma de triángulo. Si juntamos el ápice del bonsai con la rama secundaria y esta con la principal debemos tener un triángulo escaleno, esto es, con los tres lados desiguales.
Los principales estilos son: Chokkan: Es el clásico estilo vertical formal de tronco recto, con la usual silueta triangular. Moyogui: Estilo vertical informal donde se reconoce la silueta triangular pero el tronco es sinuoso. Shakan: Estilo de tronco inclinado no más allá de 45°, reconocible la silueta triangular.Kengai: Cascada, el ápice del tronco se encuentra claramente bajo el borde de la maceta. Es equivalente a un estilo vertical puesto cabeza abajo.Han Kengai: Semicascada, el ápice del árbol se encuentra debajo del límite superior del vaso pero por encima del fondo del mismo. Fukinagashi: "Barrido por el viento". En este estilo se simula los árboles que han crecido en la cima de una montaña dominada por vientos fuertes que soplan siempre en la misma dirección. Toda la masa del árbol se encuentra inclinada hacia a un costado. Neagari: Raíces expuestas, usando cualquiera de los estilos de tronco descritos pero donde las raíces del árbol se encuentran visibles, usualmente sobre una roca. Bunjin: Busca simular la caligrafía oriental, es de origen chino y se caracteriza por tener un tronco muy esbelto y una copa casi nula (solamente en el ápice del mismo).
Si nos fijamos bien todos los estilos tienen dos aspectos que son fijos. El primero la forma triangular y el segundo, la observación de la naturaleza.
Ahora solo queda acertar con la elección de la maceta. Una buena maceta puede mejorar un árbol medio y una mala elección en la maceta puede arruinar un árbol maravilloso. Pero de esto hablaremos en otro post...