domingo, 7 de octubre de 2012

APRENDIENDO...

Ayer tuve la suerte de compartir unas horas con el gran maestro Juan José Montes, del Centro de Bonsai el Valle, en Teror. Necesitaba el consejo de un experto y tengo que decir que la experiencia mereció la pena. Este prestigioso centro es el punto de encuentro del mundo del bonsai en Gran Canaria, gracias a la sabiduría y experiencia de su director. Especialmente preocupado por su formación, son frecuentes sus viajes a Japón para ampliar conocimientos y así transmitirlos a sus afortunados alumnos.

Además de vender magníficos  ejemplares de bonsai garantizados, se pueden comprar herramientas chinas y japonesas ,alambres, akadamas, macetas, abonos, fungicidas..., pero lo que hace especial este centro es su clínica para bonsáis donde se recuperan milagrosamente ejemplares en su invernadero y su escuela. En ella se imparten cursos, se hacen talleres y se permite la consulta personalizada y la práctica asistida por horas, que es la opción que mejor se adapta al poco tiempo libre del que dispongo.

A lo que vamos. Estaba bloqueado con la forma de mi bonsai cobaya, el ficus retusa del que ya he hablado y con una preciosa acacia de tres puntas, de la que me sentía especialmente orgulloso.

Tras observar detenidamente el ficus, Juan José y yo coincidimos en que la mejor opción era eliminar la debilitada rama superior mediante acodo aéreo, y así disminuir el tamaño del árbol, para mejorar su conicidad.


Primero alambrar las ramas que quedaban por debajo del punto marcado para el acodo aéreo y elegir un nuevo ápice.


Con la ayuda de Paco (prácticamente lo hizo todo él), nos pusimos manos a la obra con el acodo. Marcamos con un lápiz la franja por donde vamos a hacer el rebaje en la corteza y empezamos a desbastar el tronco con ayuda de un formón.


 Eliminamos completamente la corteza…


Y con la ayuda de un bisturí, pasamos al trabajo de precisión.


Añadimos hormona de enraizamiento en el punto donde queremos que empiecen a brotar las raíces, rodeamos con una maceta y la  rellenamos con una mezcla 50/50 de akadama/picón y turba rubia que le garantiza la humedad. Ahora sólo falta colocarlo a la sombra, regarlo frecuentemente y esperar unos meses…


Ahora le toca el turno a mi acacia de tres puntas, árbol originario de América del Norte, especialmente indicado para bonsáis por su dureza,su rápido crecimiento y su brotar constante. Mi arbolito, procedente de un esqueje de aproximadamente 15 cms de altura, llevaba alrededor de seís meses en maceta de entrenamiento y había alcanzado ya un tamaño considerable, y aunque no había engordado y las puntas se habían disparado, le veía posibilidades de convertirse en un buen bonsai.

Tras observarlo el maestro, llegó el shock. Una vez descubierto el nebari y estudiado el movimiento del árbol, el maestro decidió cortar por lo sano.
En justicia tengo que reconocer que mi gran amigo Jacinto, auténtico precursor de Ishi Kasai y  ahora fuera del país para ampliar conocimientos, me aconsejó la misma operación.

Tras unos instantes de duda, no sin cierto dolor,  me decidí y el maestro cortó…

Una vez alambrado, así quedó mi acacia de tres puntas. Aunque el drástico tratamiento hace daño a la vista, seguro que habrá merecido la pena. Tengo fe ciega en que así será…


Paco, alumno aventajado, trabajando  concienzudamente en un magnífico ejemplar de cedro atlántico de más de 25 años, propiedad de Juan José Montes…


También coincidí con otro bonsaísta, Gervasio, afortunado poseedor de un magnífico ejemplar de Juniperus, de estilo Kengai (en cascada).Tras observarlo detenidamente, el maestro le da las indicaciones pertinentes…


Después de escuchar  atentamente al maestro, Gervasio  se puso manos a la obra. Una sesión de peluquería y a alambrar…


Antes de marcharme, un paseo por las instalaciones y a ponernos los dientes largos. Para muestra un botón…


11 comentarios:

  1. Bonitos árboles. Eso que se dice en bonsái de "menos es más" a veces asusta (pienso en tu acacia), pero acostumbra a resultar, aunque sigue asustando... mejor si corta otro, que yo normalmente no me atrevo.
    Un saludo. César.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, César. Efectivamente cuesta hacerse a la idea y más con el aspecto que tenía la acacia. Estaba fuerte y muy bien ramificada pero asumo que soy un novato y la experiencia de Juan José me tranquiliza. Seguro que queda bien.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hombre, el amigo Juan. Bonito lugar tiene, muy acorde con su parte humana. Ten en cuenta que de todo y de todos se aprende.

    Un saludo para Juan y otro para ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Martín. La verdad es que pasé una mañana inolvidable. De todo y de todos se aprende, especialmente de maestros como uds. Le daré un abrazo de tu parte.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. buen camino llevas,es lo más importante ,verás los resultados pronto un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Me reconforta el recibir ánimos de gente como uds.
      Un abrazo

      Eliminar
  5. Buenos días

    La verdad que "duele" darle un repaso así a los árboles, pero como dicen "Hay que dar algunos pasos hacia atrás para dar un gran salto hacia adelante". Además estás en buenas manos, te lo digo por experiencia.

    Un saludo
    Gonzalo

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, Gonzalo. Me consta que estoy en buenas manos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Muy interesantes las publicaciones,gracias.

    ResponderEliminar
  8. Esta especie de acacias queda muy chula en bonsái, me encanta sobre todo su color de hojas y que se cierran por la noche y despiertan por la mañana... Una igual fue mi primer bonsái, que planté de semilla cuando tenía unos doce o trece años, pero que ya murió... Venga, adelante con ella, seguro que actualmente ya la tendrás bien ramificada y muy chula...

    ResponderEliminar