domingo, 27 de noviembre de 2016

FICUS COBAYA: UN NUEVO COMIENZO...

Hola amig@s

El protagonista de esta nueva entrada es un Ficus microcarpa tigerbark comercial con el que he venido experimentando desde el inicio de mi afición.  Me ha servido de auténtico bonsái cobaya y ha sufrido como ningún otro todo mi proceso de aprendizaje. 

Esta es la primera foto que tengo de él...


En mi primera visita al Centro de bonsái El Valle, se inició su proceso de transformación. Decidimos acodar la rama superior y designar un nuevo ápice. El acodo fué todo un éxito.

Así quedó una vez separado el acodo...


A partir de ahí tocaba cultivarlo. Estuvo un par de años engordando y creciendo sin control en su maceta de cultivo, sin más cuidado que el riego y el abonado. Y lo que pasa con los ficus - y con los bonsáis en general - es que cuando no se les presta demasiada atención y se les deja crecer libremente, se te escapan de las manos. El árbol estaba en perfectas condiciones de cultivo y crecía con fuerza pero en una visita de mi amigo Salva, del blog Pasión por el shohin  apasionado de los ficus como yo, decidimos trasplantarlo, defoliarlo y alambrarlo. Fué entonces cuando empezaron a aparecer los defectos...

Raíces que habían engordado mucho...

 Aprovechamos el trasplante para eliminar tramos demasiado rectos y largos ....


Como le habíamos metido mucha caña, tocaba recuperarse y esperar, al menos un año. Así estaba a principios de octubre...


Como saben la paciencia no es uno de mis fuertes y como en Canarias estábamos en pleno verano (aquí el verano comienza realmente en septiembre) y con temperaturas que rozaban los treinta grados, me arriesgué a defoliarlo, eliminar algunos brotes y alambrarlo...


Y ahí fué cuando definitivamente comprendí que con esta estructura no iba a ninguna parte.  El diseño del árbol no tenía ningún sentido y tocaba empezar de nuevo. Desistí de alambrarlo y pensé directamente en cortar. Recordaba unas palabras de Salva en las que me decía que cuando fuese a diseñar un árbol me quedase solamente con lo que servía para el diseño y eliminase todo lo demás, así que le envié unas fotos  y le dije que estaba pensando en un nuevo comienzo, con una solución drástica. Leyéndome el pensamiento y sabiendo perfectamente lo que me rondaba la cabeza me animó a seguir mis instintos y a arriesgarme.

Así pues decidí salvar lo bueno que había en el árbol: un buen nebari, buen movimiento, algo de conicidad que había que mejorar y poco mas. El resto no aportaba nada. Fué entonces cuando ví claramente por donde tenía que cortar. 

A grandes males, grandes remedios...


Esta operación, no exenta de riesgos,  se puede hacer en octubre con un ficus sano y en un clima como el canario, porque si no el resultado podría haber sido desastroso. Lo normal es que el árbol reventase por todas partes pero existía una posibilidad cierta de que no se recuperase y terminase en la barbacoa. 

En menos de un mes empezaron a verse puntitos verdes por lo que una vez pasado el peligro, tocaba esperar a que brotase por los puntos adecuados.

Esta foto es de hace un par de semanas...


Y  así estaba esta mañana...


Como ven, la operación ha sido un éxito. No sólo ha brotado fuertemente, sino que lo ha hecho por lo puntos adecuados y necesarios para un nuevo diseño y si no, en aquellos lugares por donde no ha brotado aún, tengo varias opciones para elegir rama para injertar.  

Los ficus hay que trabajarlos cuando hace calor, por lo que esperaré para trabajarlo. Aunque hay que eliminar varios brotes, lo dejaré tirar hasta el verano, cuando los brotes hayan lignificado para poder hacer los injertos. Tengo que injertar en el exterior de la primera curva y designar un nuevo ápice,  seguramente por el método de injerto de taladro.Será entonces cuando decida definitivamente, cual es el frente, con que ramas me quedo y con cuales no. Hasta entonces, tranquilidad y buenos alimentos...

P.D. Despues de tanto maltrato, el ficus cobaya tiene posibilidades de convertirse en un buen Shohin, aunque le queda un largo camino por delante.
Saludos